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Soja/Soja: una realidad que buscan mejorar

La realidad del sistema de producción en la Argentina indica que gran parte de la superficie se le dedica a la soja. Pero en los últimos años se viene dando un fenómeno que preocupa: sistemas de producción basados en soja sobre soja.

Si bien desde los técnicos hasta las distintas asociaciones desalientan esta práctica, hoy aceptan la realidad (casi el 60% del total se hace soja sobre soja) y dan recomendaciones para que el daño sea lo menos grave posible.

“El concepto es que desde el punto de vista de los sistemas de producción, la decisión de qué cultivo va a participar en cada empresa es una decisión que incluye factores de ambientes, culturales, políticos y económicos y hoy en este contexto es muy frecuente el monocultivo de soja”, señaló Martín Díaz Zorita (Conicet, DZD Agro-Novozymes).

En esta línea, el investigador destacó que desde el punto de vista agronómico no es una recomendación, pero desde el punto de vista empresarial, es una de las opciones. “La práctica soja sobre soja existe y lo que hay que hacer es dar la mejor respuesta”, resaltó.

En cuanto a las características de estos sistemas productivos, Díaz Zorita destacó que hay limitaciones en los rendimientos entre un 7 y 10% menos que los sistemas de rotación.

“Son cultivos que requieren ajustes de dosis de fertilización, normalmente entre un 10 y 20% en base a fósforo, porque cambia en la forma en que el fósforo es absorbido por las raíces”. Además, tiene una presión de enfermedades mayor por el mantenimiento de los rastrojos.

“Por lo que requiere que haya un uso eficiente de fungicidas, rotación de moléculas, aplicación de tratamiento de semillas, uso preventivo de foliares, y elecciones de adecuadas variedades”. Para ser más específico, Díaz Zorita indicó que se deroga rentabilidad del cultivo por menos rendimiento y mayor uso de insumos.

En esta línea se sumó María Fernanda González Sanjuan, gerente ejecutiva de Fertilizar Asociación Civil, quien destacó que es una práctica que se generalizó en todo el país.

“Aceptamos la realidad productiva pero no alentamos que los productores continúen con este sistema”. Además señaló que no sólo el monocultivo de soja es perjudicial para el suelo, sino la secuencia de monocultivo.

Ensayos en 9 de Julio. Luis Ventimiglia, técnico del Inta de dicha ciudad, realizó estas últimas tres campañas ensayos sobre la importancia del fósforo en monocultivos de soja. “El objetivo es ver qué sucede a través del tiempo en una práctica de monocultura sojera, ya que está generalizado”.

El ensayo constó de cinco tratamientos: el primero es el testigo (nunca recibió fósforo); el segundo fue la aplicación al voleo en cobertura total de 140 kg de superfosfato triple de calcio (SPT) en el invierno (junio/julio); el tercero implicó la adición de un arrancador (sería lo que hacen muchos productores) con 40 kg de SPT de calcio en la línea de siembra. “El cuarto tratamiento es la aplicación dividida de 100 kilos de SPT de calcio en el invierno y 40 kg a la línea (cambió la forma de aplicación)”, aseguró.

Y el quinto, consistió en 140 kilos al voleo en cobertura total, pero cambia el momento de la siembra.

Para contextualizar el ensayo, Ventimiglia indicó que el nivel de fósforo en los primeros 20 cm era de 6,1 ppm. Además aclaró que los suelos partieron con buena rotación y vienen desde más de 20 años con SD . “También mantuvimos el cultivo libre de malezas, de insectos y plagas”.

Para ir a los resultados del ensayo, los valores promedios de rendimientos marcaron un aumento en estos 3 años. “La primera campaña fue buena desde el punto de vista climático. La segunda en 2011/12 fue la más floja (problemas de lluvia) y la que terminó fue muy buena”.

En lo que respecta a incrementos de rindes promedios/año para los tratamientos con dosis máxima (140 kg) hubo aumentos de 1.700 y 1.900 kg extra de soja en referencia al testigo. En el tratamiento con solo arrancador hubo 1.000 kg de incremento de rindes.

“Se vieron diferencias menores en el segundo año y diferencias grandes en el tercer año. Hay más de 3.000 kilos entre tratamientos con máxima fertilización y testigo”.

Esto significa, destacó Ventimiglia, lograr una mayor rentabilidad, pero agregó que hay que ver otro componente que es ver qué sucede con el fósforo en el suelo.

“En el promedio de los tres años tenemos incrementos en el contenido para los tratamientos de mayor dosis de fertilizantes en torno a 1,9 ppm. En realidad, hasta hace unos días (de los dos años anteriores) estábamos en más de dos. Sin embargo, en esta última campaña por los altos rindes (más de 60 qq/ha) el promedio nos bajó a 1,9 ppm. Para destacar, el técnico del Inta informó que para elevar una parte por millón de fósforo en el suelo necesitamos en promedio 30 kg de SPT de calcio.

“Para cuantificar ese 1,9 ppm, son 57 kg de SPT de calcio y hoy el fertilizante cuesta 610 dólares/tonelada, tendría un costo de 3,23 pesos/kilo de producto comercial. Si a eso se lo suma la producción extra que tuve sobre el testigo (descontando los costos), los ingresos de esos tratamientos son de $/ha 3.000, con respecto al testigo”.

“El arrancador no llega a cubrir las necesidades que el cultivo necesita. Tiene una extracción extra del cultivo del suelo. Solamente considerando la producción de 1.000 kg, nos da un margen de la práctica de 1.600 pesos. Hay una diferencia del 100%”.

En este sentido, indicó que se paga el costo del fertilizante, deja un margen bruto positivo y queda un residual para mejorar el nivel de fósforo en el suelo”.

Por otra parte, el ensayista está analizando otro componente como el contenido de fósforo en el grano.

“La relación es directa, el testigo tiene niveles bajos, no llegan a 0,3% mientras que los tratamientos fertilizados están en 0,4%”.

En esta línea hay más producción y un grano con un mejor nivel de fósforo. “Hoy se está empezando a considerar y los compradores están reclamando una mejor dotación de este nutriente como el de nitrógeno”.

Por último, Ventimiglia destacó que queda un margen negativo de carbono. “Desde el punto de vista químico podemos neutralizar y mejorar el contenido de fósforo, pero desde el punto de vista de contenido de MO la monocultura no es lo más adecuado”

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