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Las enfermedades retacearon la cosecha triguera entrerriana

Finalizada la trilla de trigo en Entre Ríos, la Bolsa de Cereales provincial estima que la producción del ciclo 2019/20 sería de alrededor de 1.200.000 toneladas lo que representaría una caída del 22% (330.000 toneladas) respecto del año pasado.

El dato proviene del Sistema de Información de Bolsa de Cereales de Entre Ríos (SIBER), que calculó una superficie cultivada de 443.100 hectáreas (ha), finalizó la cosecha de trigo en suelo entrerriano, según informó la Bolsa de Cereales de Entre Ríos. También la Bolsa de Cereales porteña apuntó mermas para la reción VII, el centro-este entrerriano, que en 2018/19, con apenas 280.000 ha sembradas (esta campaña se sembraron allí 315.000 ha) logró una producción que superó el millón de toneladas (rinde medio de 38,5 qq/ha), mientras que este año sólo se produjeron 845.000 toneladas (27,5 qq/ha).

Los datos del SIBER también sitúan un rendimiento promedio provincial que ronda los 27 qq/ha, una caída interanual del 28% (1.073 kg/ha). En tanto, en relación con el promedio del último lustro, la merma es del 10%.

“La disminución de rindes se asocia fundamentalmente al ataque de fusarium en la época de floración y otras enfermedades fúngicas durante el estado vegetativo que en algunos materiales susceptibles tuvieron un fuerte impacto”, informaron desde la Bolsa entrerriana.

Pablo Guelperín, coordinador de la Mesa de Buenas Prácticas Agrícolas de Entre Ríos.

Otro factor fueron los días con heladas agronómicas, que permitieron estimar una merma de rindes del 17 %.

La mirada de productores

Bajando a nivel de lote las observaciones numéricas de la Bolsa, el asesor y coordinador de la Mesa de Buenas Prácticas Agrícolas de la provincia, Pablo Guelperín, advirtió que “siempre es interesante ponderar la brecha que hay en función de la aplicación de conocimiento y tecnología al servicio de una producción eficiente”.

En este sentido, marcó que, en una misma zona productiva, con casi las mismas condiciones climáticas, hay productores que cosecharon 20 quintales, otros 30 y otros 40. “Todo empieza en la variedad elegida, que este año tuvo gran importancia en si era un material susceptible a enfermedades o no, porque apretaron fuerte y después en si se contratan profesionales para hacer los monitoreos o se confía en el ojo de cada uno, este año, eso se pagó con menos rinde”, dijo Guelperín.

Eso como una generalidad, después hubo particularidades, por ejemplo, los 5 días de predisposición para fusarium que generaron mermas de 20%. También si te agarró la helada.

Otro productor, Mario Chesta, en la zona de Don Cristóbal (75 km al sureste de Paraná) reconoció que “los trigos rindieron menos de lo que pensábamos”. La causa: “falta de lluvias y algo nublado en floración, más fusarium que dejaron un grano más liviano como producto final”. Hace varios años que ellos siembran la misma superficie del cereal. “El año que viene vamos a sembrar lo mismo”, aseguró.

Gráfico 1

Panorama de la gruesa

La provincia de Entre Ríos fue una de las que se vio bendecida (junto con el centro-norte de Santa Fe, entre otras) con las precipitaciones de la semana pasada. Sin embargo, para algunos el agua llegó tarde (sobre todo para el maíz).

“El maíz quedó muy castigado a pesar de las lluvias de estos días porque los híbridos sembrados en fechas óptimas de septiembre pasaron más de la mitad de la floración en sequía”, advirtió Guelperín. Aunque reconoció: “Los últimos 100 milímetros está claro que se festejan, son mejores que nada, y permitió algo de recuperación”.

Vale recordar que en suelos pesados como los entrerrianos, donde la infiltración es lenta, lluvias “a baldes” no permiten hacer un uso eficiente. Se calcula que de esos 100 milímetros que refiere Guelperín, podrán haber ingresado al perfil 30-40.

En soja, Guelperín contó que tanto los planteos de primera como los de segunda, en general “están bien”. “Muchos se jugaron a sembrar con poca agua y después recibieron esa gran lluvia que acomodó la situación”, dijo.

Finalmente, un párrafo para el girasol que tiene esta campaña la segunda menor superficie en dos décadas. Las 950 hectáreas (ha) implantadas representan un 77 % (3.200 ha) menos en relación con la campaña anterior.

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