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Densidad y fertilización, las diferencias en el manejo del maíz tardío

“Los avances en tecnología de conocimiento y manejo agronómico permitieron que el cultivo de maíz tardío ganara identidad propia. La implementación de estrategias de manejo específicas posibilitaron ajustar el ciclo del cultivo a las condiciones ambientales que definen las siembras tardías”. Eso afirma el último informe ReTAA realizado por el Departamento de Investigación y Prospectiva de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que se centra en el nivel tecnológico aplicado en el cereal de siembra tardía.

“La fecha de siembra tardía (diciembre-enero) permite hacer coincidir el ciclo del cultivo, y específicamente el período crítico para la definición del rendimiento, con periodos de mayores precipitaciones y menor demanda atmosférica. No obstante, esto implica que el cultivo de maíz se desarrolle en un ambiente con temperaturas más bajas, fotoperiodos acortándose y menor radiación solar. Estas condiciones implican que el rendimiento alcanzable de maíz sea menor, en comparación con siembras tempranas (septiembre- octubre)” agrega.

Según el relevamiento, en la campaña 2018/19, la densidad de siembra de maíz tardío fue de 60 mil plantas por hectárea, un 6% menor que en maíz temprano.

Según el relevamiento, en la campaña 2018/19, la densidad de siembra de maíz tardío fue de 60 mil plantas por hectárea, un 6% menor que en maíz temprano.

El informe describe el manejo que se realiza con el cultivo en comparación con el maíz de siembras tempranas. “Con respecto al maíz temprano, cultivo con mayor nivel tecnológico alto aplicado a lo largo de las campañas, la adopción de nivel tecnológico alto en maíz tardío fue un 6% menor”, detalla el informe de la Bolsa, y agrega: “En relación a la campaña 2017/18, la adopción de NT Alto en maíz tardío disminuyó un 10%, mientras que el NT ¿Qué implican estos parámetros? La diferencia en el manejo se puede ilustrar claramente en dos aspectos. Uno de ellos es la densidad de siembra. Según el relevamiento, en la campaña 2018/19, la densidad de siembra de maíz tardío fue de 60 mil plantas por hectárea, un 6% menor que en maíz temprano. Además, existe una gran variabilidad de la densidad de siembra entre regiones. “En la zona núcleo maicera, donde predominan ambientes edáficos con mayor potencial productivo, se reportaron promedios de 69 mil plantas por hectárea para el centro de Santa Fe y norte de Buenos Aires, y 72 mil plantas por hectárea para el sur de Santa Fe. Alejándose de la zona núcleo, la densidad de siembra es menor”, destaca el informe.

En la campaña 2018/19, en comparación con maíz temprano, la fertilización nitrogenada en maíz tardío fue un 8% menor.

En la campaña 2018/19, en comparación con maíz temprano, la fertilización nitrogenada en maíz tardío fue un 8% menor.

El otro aspecto en el que difiere el manejo tecnológico es en la aplicación de fertilizantes. En la campaña 2018/19, en comparación con maíz temprano, la fertilización nitrogenada en maíz tardío fue un 8% menor, mientras que la fosfatada fue un 7% mayor. Pero según remarca la entidad porteña, la fertilización nitrogenada en maíz tardío aumentó un 3% y la fosfatada un 13%, respecto de la campaña 2017/18.Medio aumentó un 6%”.

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