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Descubren una nueva enfermedad en alfalfa

“Estamos frente a una enfermedad presente en el 90% de los cultivos de alfalfa en La Pampa, Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Santiago del Estero, San Juan y Mendoza. No hay antecedentes, por su magnitud, de una virosis de estas características en la Argentina ni en Latinoámerica”, explicó Sergio Lenardón, director del Instituto de Fitopatología y Fisiología Vegetal (Iffive) del INTA en Córdoba.

Desde ese instituto, especialistas del INTA confirmaron la existencia de una enfermedad que afecta a la principal especie forrajera de la Argentina y, en consecuencia, genera serios impactos en las cadenas de producción de carne y leche, directamente dependientes de la alfalfa.

“Cada kilo de peso vivo insume 10 kilos de materia seca, lo que significaría dejar de producir anualmente 1.044.000 toneladas de carne. Por su parte, si tenemos en cuenta que por cada 17 kilos de materia seca, una vaca produce 19 litros de leche, estaríamos dejando de producir 11.668.235 litros de leche”, detalló Daniel Basigalup del INTA Manfredi.

Por esto, los técnicos comenzaron una investigación para identificar el agente causal de la enfermedad, esclarecer los aspectos epidemiológicos y diseñar estrategias de manejo.

En esta línea, Jesús Pérez Fernández del INTA Anguil –La Pampa– graficó: “Las estimaciones realizadas en lotes de alfalfa afectados por la enfermedad indican una disminución del rendimiento en materia seca de aproximadamente el 30%. Con una amplia distribución de la enfermedad en la Argentina –con una producción promedio a nivel nacional de 9 toneladas de materia seca por hectárea por año–, ese 30% representaría una pérdida de $3.132 millones”.

Por tratarse de un cultivo perenne, la alfalfa está expuesta a numerosas plagas y enfermedades, a pesar de que la mayoría de los 120 cultivares son resistentes a varios insectos y agentes patógenos.

Sin embargo, en los últimos años se detectó una virosis que causa achaparramiento y enrulado de hojas con consecuencias productivas y económicas. “No sólo disminuye la productividad de los cultivos, sino también la vida útil de los mismos”, aseguró el director del Iffive.

 

Un problema en detalle

La enfermedad se caracteriza por un acortamiento severo de entrenudos y achaparramiento de las plantas, disminución del tamaño de las hojas con deformaciones –abolladuras y fruncidos–, cambio de color en los bordes, aclaramiento de nervaduras y aparición de verrugas en la cara inferior de las hojas.

“Estas modificaciones en el follaje inciden desfavorablemente en la producción de materia verde por hectárea (ha) y en la disminución del número de plantas por ha, debido a la debilidad de los rebrotes y competencia con malezas gramíneas y latifoliadas”, agregó Lenardón.

Con respecto a la demora en la detección de esta enfermedad, el técnico del INTA Córdoba, explicó que “dado a que la sintomatología es similar a los ataques severos de pulgones (áfidos), muy comunes en la alfalfa, probablemente los productores la hayan confundido.”

Actualmente se plantan en la Argentina 4 millones de hectáreas de alfalfa, lo que la ubica en el segundo cultivo por área de siembra a nivel nacional. Además, aporta nitrógeno al sistema de producción, por lo que es una forrajera ideal para la rotación de cultivos para la conservación de suelos.

Asimismo, cerca del 60% de la leche bovina se produce en sistemas pastoriles con grados variables de suplementación, donde la alfalfa es la base de la cadena forrajera y constituye al menos el 30% de la dieta otoño-invierno y hasta el 80% en primavera-verano. 

 

·         Más información:

Sergio Lenardón – slenardon@iffive.inta.gov.ar

Jesús Pérez Fernández – jperezf@anguil.inta.gov.ar

Daniel Basigalup – dbasigalup@manfredi.inta.gov.ar

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